jueves, 1 de agosto de 2019

Extravío o Nocturno a un círculo vicioso

Me busco
En la botella, en la hoja, en la tinta
En la noche de brillo fluorescente
En las palabras ciegas de una mano
lejana 
que nunca me ha mirado


Me escondo
En la botella llena, en la página escrita, en 
las voces ajenas que me abren caminos
tan oscuros
Llenos de un viento limpio que no sopla, que
se calla, que no sabe despeinar cabezas
pero puede hacer quemar hogueras


Me encuentro
En la botella vacía, en la página muda
en la tinta insomne en que 
ahora escribo 
Estas mis letras blancas como llaves
que abren todas las puertas del vacío
Un vacío que lleno con la imagen
que me llama y que sigo
que me lleva y me pierde

Y me extravío.







































viernes, 22 de marzo de 2019

Petricor. Poema en prosa (sin número)


Olor a tierra mojada. 


Olor a agua y barro, a ventanas empañadas y gotas que se deslizan sobre sus toboganes de cristal. 


Petricor que me lleva de la mano a esas tardes de verano que aún están en la memoria, cuando correr por las calles empapadas de una majestuosa ciudad era la expresión perfecta de la libertad que sólo se puede vivir así, con los hermanos, bajo el agua de la lluvia, llenando los pulmones de oxígeno perfumado, y los ojos, del verde encendido de un árbol mojado. 


Petricor, el olor de una mañana templada, de una tarde de paseo con las botas de hule y un pequeño paraguas adquirido con el único propósito de salir a la hora del chubasco a saltar sobre los charcos, a vivir y revivir esa aventura infantil con la pureza que sólo se puede encontrar ahí, en la risa de los hijos.


El olor de una noche después de la escuela, noche de caminar hasta la plazuela de ese pueblo perdido en el tiempo, en el que un kiosco y un café y una dona de chocolate cubierta de chochitos de colores eran el escenario perfecto para un beso de inicios de romance.


Porque no hay nada más romántico que un beso bajo la lluvia, un beso de amor de verano, ese que resultará eterno porque estará para siempre ligado al olor de una tarde nublada, de una noche lluviosa, de una caminata sobre adoquines colorados que culminó en un beso con olor a petricor.






































viernes, 22 de febrero de 2019

Aguanieve


Camino. Un pie, luego el otro: izquierdo, derecho, izquierdo. Un pie, luego el otro: camino. Y mis ojos lloran. No sé por qué, si no están tristes.


El día es claro y cristalino; el aire no podría ser más fresco. Las nubes traen agua que cae congelada en forma de hojuelas fugaces a las que la gente ha decidido llamar nieve. Pero no es nieve lo que cae, no realmente. Así como esto que sale de mis ojos no son lágrimas, no en verdad. Por lo menos no de esas que se lloran cuando se extraña, o cuando se quiere y no se puede, o cuando nada parece funcionar.


Quizás es sólo la luz que entra tan pura y refulgente, tan fría que parece que hiela las pupilas como nubes cargadas de algo que han de dejar caer confundiendo a todos los transeúntes y a la gente en la radio y en los periódicos que insisten en decir que nieva, y a la gente que se cruza conmigo en la calle y me pregunta por qué lloro.


La realidad es que eso que cae del cielo no es nieve; y esto que brota de mis ojos no es llanto. Es el clima confundido; son mis ojos irritados. Es el invierno comportándose de forma extraña en un lugar de temperaturas más bien calientes; son mis ojos agradecidos por el largo descanso, por el aire que no quema, por la luz que no deslumbra, por el agua que cae como hojuelas. Es el agua congelada, la nieve que no es nieve. Son mis ojos, mis pupilas que celebran este día con un llanto, que no es llanto.
























sábado, 19 de enero de 2019

El cielo de noche

A veces el cielo de noche
me sonríe con la boca de la luna
muy quedo repite mi nombre
y me absorbe en su densa negrura

A veces el cielo de noche
me hace guiños con los ojos de una estrella
que inmensa y efímera impone
tenue luz, fulgurante y pasajera

En su tersa superficie busco
una pista a mis tantas preguntas
Con su eterno silencio responde
que mis dudas resultan absurdas

No hay problema en la tierra que pueda
alcanzar su estatura celeste
Sólo queda enfrentar lo que venga
y ser libre, cueste lo que cueste


























miércoles, 2 de enero de 2019

Discretamente

Así, discretamente
sin hacer mucho ruido
para no espantarte
y sin crear conflicto


Así, discretamente
sin citar grandes libros
para no complicarte
para no hacernos líos


Hablaré las palabras
y las dejaré ir solas
que avancen a su ritmo
con su impulso, y su brío


Que lleguen a tu orilla
una noche de frío
para que las escuches
cuando no haya bullicio


Que te cuenten mis sueños
ya que yo, hoy
no puedo


Que te digan sin tiento
que te extraño
y te quiero.





































lunes, 31 de diciembre de 2018

Año Nuevo

El pay está en el horno. En el refri, la sidra se enfría. Las uvas escurren en el fregadero. Y en la tele pasan una película cuya historia comienza la noche de Navidad.

Hoy, la Navidad se ha quedado atrás. Hoy, esta noche, es la última noche del año. Es una noche de vestirse bien, de comer sabroso, de abrazarse mucho.

Es una noche de de desear: para los demás, y para uno. Desear que las cosas salgan bien, que los anhelos se cumplan, que los propósitos se logren.

Es una noche de tener los pies plantados sobre la tierra, pero la cabeza repleta de sueños, el corazón acelerado en el pecho.

El pay está en los platos; la sidra, ya servida. Y las uvas esperan sobre la mesa. En la tele, comienza la cuenta regresiva.


El año viejo se va, el nuevo año arriba.



¡Feliz 2019!





















viernes, 2 de noviembre de 2018

Dos-de-Noviembre III o La luna y su calavera



Tibia y grande la luna
resplandeciente, en silencio
atraviesa las ventanas
y reparte la fortuna

Puedo sentir ya sus pasos
acercándose fortuitos
titilando, centelleantes
con su luz de aerolito

Oigo claro su descenso
crujir bajo de mi almohada
Fuerte llega su perfume
que de incienso es una nube

Hoy viene a orquestar
de ánimas mil conciertos
pues esta noche es de fiesta
hoy es Día de los Muertos

Esta noche es de flores
de un fragante amarillo
Esta noche es de viento
es de amores, es de amigos

En la casa hay una ofrenda
que los espera ansiosa
con papeles de colores
y comida deliciosa

Hoy la muerte ha de vestirse
de sombrero y con estola
pues quiere unirse al festejo
Hoy no quiere estar sola

Así que santos difuntos
la llevarán de la mano
a visitar los panteones
en que los velan hermanos

Esta noche es posible
saludarla a ella de frente
sin tristeza y sin miedo
celebramos a La Muerte

Tibia y grande la luna
emite un brillo fino
e ilumina así la tumba
que de todos es destino

Mientras nos llega ese día
disfrutemos el momento
para que cuando haya que irse
nos podamos ir contentos.