A veces el cielo de noche
me sonríe con la boca de la luna
muy quedo repite mi nombre
y me absorbe en su densa negrura
A veces el cielo de noche
me hace guiños con los ojos de una estrella
que inmensa y efímera impone
tenue luz, fulgurante y pasajera
En su tersa superficie busco
una pista a mis tantas preguntas
Con su eterno silencio responde
que mis dudas resultan absurdas
No hay problema en la tierra que pueda
alcanzar su estatura celeste
Sólo queda enfrentar lo que venga
y ser libre, cueste lo que cueste