jueves, 2 de noviembre de 2017

La calavera del gato o Dos-de-noviembre II

Para Quark

Plácido estaba el gato
frente a la ventana abierta,
cuando de pronto una mano
tocó tres veces la puerta.

Se acercó el felino a oler
a aquél visitante rudo
que expedía un gélido hedor
y traía los pies desnudos.

Por ojos y por nariz
tenía tres vacías cuencas,
y muy solemne anunció:
“Vengo a ajustar unas cuentas”.

El astuto gato supo
quien era aquella bellaca,
y de inmediato planeó
asustar a esa calaca.

Así fue que respondió
este minino avispado
cuando la puerta abrió
y la flaca entró a su lado:

“Aquí nadie debe nada,
distinguida damisela.
Pero si gusta pasar,
venga a mi caja de arena.
Justo estaba por entrar
a descargar lo comido;
si algo se quiere llevar,
con gusto se lo convido”.

La huesuda miró al gato
caminar directo al baño:
osado y muy elegante,
los bigotes por delante.

En cuanto lo escuchó rascar,
percibió malos olores
fétidos y putrefactos
que en los panteones, peores.

Ni tarda ni perezosa
la flaca se disculpó,
pues ya venía el felino
regresando muy ladino.

“No te preocupes, minino
no te quiero importunar;
creo que mejor me retiro
y te dejo descansar”.

El gato dio media vuelta
y con la pata aventó
la puerta que así cerró
en la cara de la muerte.

Le dijo: “Muy buena suerte
con tu siguiente visita
por aquí no vuelvas más,
desdichada calaquita”.

La muerte, desanimada
se alejó de aquella casa
e hizo una nota mental
de no volver a pasar
por donde un gato en calma
esté a cargo de las almas.



















sábado, 30 de septiembre de 2017

Zozobra

Estoy sentada en una balsa
Floto así, rodeada del agua que apenas se mece en un oleaje tibio y suave
tan gentil.

El sol brilla alto y pega de frente
cae directo a los ojos
hace fruncir el ceño
Siento el vaivén de las olas pequeñas y discretas que no cesan de valsar

Arriba,
         abajo,
un balanceo constante.


Sobreviene un leve mareo, una sutil angustia.


No hay viento, no hay nubes
todo pareciera pura calma
El aire tiene un ligero aroma a coco tostado
quizás demasiado tostado
Casi huele a humo, sí
el aire huele a humo  
El calor es intenso, comienzo a sudar

Arriba,
       abajo,
un movimiento incesante.  


Sobreviene un perceptible mareo, una evidente angustia.


El día es claro, la luz es potente
No hay nadie alrededor
no hay sonidos discernibles, pero tampoco hay silencio
Un ave sobrevuela de pronto
Miro al cielo
El ave se ha ido y su pluma cae pausadamente                                           
estiro una mano para alcanzarla
La balsa se mueve

Arriba,
       abajo,
un bamboleo imparable.


Sobreviene un ostensible mareo, una marcada angustia.


El sudor escurre por mi espalda y mi frente
inunda mi ropa y mis ojos
Es difícil no fruncir el ceño
Es difícil discernir lo que veo
La balsa se mueve

Arriba,
       abajo,
un oscilar inagotable.


La resolana cae tajante
El escozor invade cortante
No hay nadie en la cercanía
Los sonidos son ecos perdidos
son voces familiares y lejanas
voces que me llaman
La balsa se mueve

Arriba,
       abajo,
un balanceo inexorable.


La garganta está seca
Las manos se aferran a la orilla de la balsa que se mueve

Arriba,            Arriba,
       
          abajo.               abajo.


Los labios se sienten partidos
tiesos
La boca permanece cerrada
la voz, atrapada
La balsa se mueve

Arriba,
        abajo.


La falta de aire comprime los pulmones
La falta de alimento estruja el abdomen
La balsa se mueve

Arriba,
         abajo.


Las piernas se entumecen
Los pies buscan su tierra
La balsa se mueve


Arriba,                        Arriba,                          Arriba,
             
            abajo.                         abajo.                           abajo.




















martes, 12 de septiembre de 2017

Mundos paralelos o La vida desde el escritorio I

nosotros no aprendimos a vivir
¿por que sera?


Qué importa el acento
Qué importa la mayúscula
El chiste es que la historia exista
Sin historia, de qué sirve la buena ortografía


Nuestro mundo se quedó chiquito
Casi sin habitantes
Es como si viviéramos en un asteroide


He estado tratando de no usar los lentes
Dicen que mi córnea se está regenerando
Dicen que mi vista mejora cada día
Si me pongo los lentes,
¿No estaré limitando la capacidad de mis ojos?


Vivimos recorriendo los mismos caminos
De ida
De vuelta
Siempre a los mismos lugares
Siempre a las mismas horas
Pareciera un teatro montado para que nadie lo vea


La uñas
Las tengo largas
Me estorban
Se me ensucian
Pero odio cortármelas
Aunque no tanto como odio traerlas  largas


En diálogos de sordos
Con palabras mudas
Nos recitamos sololoquios
Nos contestamos haciéndonos preguntas
Para las que nunca tenemos respuesta


Ayer no me bañé
Antier tampoco
No sé cuándo fue la última vez que me lavé el pelo
Pero sé que todavía no estaba aquí
No había regresado


Levantamos muros
Nos rodeamos de espejos
Tratamos de moldear el universo
De la misma forma en que
Procuramos portarnos
Como un cierto tipo de persona


La taza de café está casi vacía
La nariz, tapada
El aire acondicionado, encendido desde temprano
En realidad no sé si ya empezó a hacer calor
Pero sería absurdo creer lo contrario
Tan absurdo como pensar que es posible


Cada día
Es un día que inventamos
Con tareas
Con quehaceres
Porque no queda más que seguir
No podemos dejar de intentarlo


Aprender
Entender cómo funciona


La vida


La historia


Y cómo se supone que


Hay que escribirla


Hay que vivirla




















sábado, 10 de junio de 2017

Cuento de hadas (?)

La niña observaba su burbuja. Le habían dicho que eso era la vida: los retratos colgados en las paredes, los platos servidos sobre la mesa. Le decían que de ese tamaño era el mundo; que si tenía eso, lo tenía todo.

La mujer juega a la casita. Le gusta creer que eso es la vida. Le gusta colgar retratos en las paredes y servir platos sobre la mesa.

Sin embargo, siente que el mundo está afuera, que hay que estirar la mano, tronar la burbuja. Pero teme que, si pierde eso, lo habrá perdido todo.














domingo, 21 de mayo de 2017

Treinta-y-ocho

I
—38, ¿puedes creerlo?
—¿Qué?
—Pues lo que te estoy diciendo
—Perdón, no te escuché
—Que si puedes creerlo
—¿Qué?
—Ash, olvídalo


II
Esa, ¿es mi cara? Creo reconocer los ojos. No, ¿esos son mis párpados? Deben serlo. Abren. Cierran. Parpadeo. Sí, soy yo. Sigo aquí. Estoy parada frente al espejo. Ya lo sé. Te veo. ¿Es en serio? Sí. ¿Y esas pecas? El sol. Odio el sol. Ya lo sé. ¿Por eso está triste mi mirada? Es raro, no me siento triste. Debes estarlo. ¿Por qué lo dices? Mírate. Eso hago. Pues ahí está. En mi cara. ¿Esa es mi cara? Debe serlo. La nariz. Las mejillas. Es cierto. Debe serlo. Sigo aquí. Qué bueno.


III
—Parece increíble, ¿no?
—¿Qué?
—Pues lo que te estaba diciendo
—Perdón, no te escuché
—Que parece increíble
—¿Qué?
—Ash, olvídalo


IV
Ah, oye…
Feliz cumpleaños.
















jueves, 27 de abril de 2017

Vocativo

Una palabra que todavía no conozco


Junto a ti


No sé deletrear
lo que no puedo decirte porque
por la boca muere el pez


Pez que da vueltas
con sus muchas letras de cristal


De cristal
                la pecera


De cristal
               la voz


De cristal
               la palabra


La palabra


               Tu nombre